Abortar de manera ilegal en la capital de Colombia (Bogotá), es aparentemente muy sencillo. Solo es cuestión de caminar por calles, y encontrarse con mujeres que supuestamente están repartiendo publicidad pero que su objetivo es captar clientes que desean interrumpir su embarazo.

A unas pocas cuadras de las Clínicas legalmente autorizadas para las interrupciones voluntarias del embarazo, se encuentra una casa donde supuestamente se hacen ecografías con tecnología 4D. En este sitio una “doctora” realiza la ecografía y aunque el embarazo no es evidente, determina que efectivamente la paciente si está embarazada y que debe tener menos de 4 semanas de gestación, posteriormente le ofrece los diferentes métodos para abortar, ya sea con medicamentos o de manera quirúrgico. Explicando la forma de cada uno y la sintomatología que se puede presentar.

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Por tan solo $150.000 pesos, este centro médico ofrece la venta de medicamentos, especificando la dosis y afirmando que estos fármacos solo se pueden usar hasta la sexta semana de embarazo para que el método sea efectivo.

A pesar de que existen clínicas especializadas para que una mujer que desea interrumpir su embarazo, lo haga de manera segura y legal, por muchas razones estas mujeres prefieren dirigirse a un sitio clandestino que no cumple con los requerimientos médicos y legales para generar un aborto.  En Colombia la tasa de abortos ilegales es muy superior a los abortos que se realizan de manera legal, aumentando así las complicaciones físicas y psicológicas en las mujeres que interrumpen de manera voluntaria su embarazo. El aumento en la práctica de abortos clandestinos, genera un problema de Salud Pública a nivel nacional.

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